Puntos a tomar en cuenta:
¿Los y las jóvenes tuvieron oportunidad de expresar qué y cómo les gustaría trabajar?
¿La metodología utilizada permitió a los adolescentes y referentes educativos mostrar lo que sabían y pensaban sobre los temas tratados?
¿Se lograron consensos y se establecieron posibilidades de negociación entre las inquietudes e intereses de los jóvenes?
¿Se repartió la palabra y las posibilidades de expresarse?
¿Cuánto tiempo los referentes educativos escucharon con interés los aportes de los jóvenes?